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Tráfico de vida silvestre

La vida silvestre está compuesta por los animales, plantas y otros organismos no domesticados; es decir organismos que viven en condiciones naturales y su vida no depende del ser humano.  El comercio unido a la cacería y a la tenencia de especies silvestres amenaza muchas especies de flora y fauna,  y tiene como resultado el trato inhumano de miles de millones de especies cada año.  Esta problemática ha crecido hasta el punto que el tráfico ilegal se ha convertido en un desafío mundial, el cual, según las Naciones Unidas, ocupa el cuarto lugar a nivel mundial. 

¿Cómo afecta el tráfico ilegal de especies a la biodiversidad?

La caza furtiva destinada al comercio ilegal internacional amenaza la supervivencia de elefantes, rinocerontes y tigres entre otros.  Más de 250 rinocerontes han sido masacrados este año en Sudáfrica para extraer su cuerno; decenas de miles de elefantes en zonas altamente protegidas son matados cada año por su marfil.  Sólo quedan 3.200 tigres en estado salvaje y la caza furtiva y el comercio ilegal de fauna se realizan de forma incontrolada en todo el mundo, pero especialmente en África central y el sudeste asiático.  De las 40 mil especies de animales que se tienen descritas en el Continente Americano, el 40%, es decir 16 mil, se encuentran en algún grado de extinción; es así,  como en  américa el aleteo de tiburones, la cacería de tortugas marinas, la alta demanda de orquídeas de bosque, la importación y exportación de especies de insectos, reptiles, anfibios etc., se ha convertido en un negocio desmedido y cruel. 

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El tráfico de vida silvestre incluye animales vivos que son vendidos como mascotas exóticas o como presas para reservas de cacería, o bien,  enviados a instalaciones de investigación biomédica o zoológicos y laboratorios; sus partes,  es decir productos y sub productos de la vida silvestre pueden ser utilizadas como vestimenta, aceites, carteras, zapatos, y como objetos ornamentales, marfil, alimento o medicina tradicional.  En el caso de la flora, esta se utiliza para coleccionistas, materia prima de alimentos,  o son utilizadas para extractos esenciales en perfumes y medicinas, como por ejemplo las orquídeas y otras especies aromáticas.

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El tráfico de especies es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, después de la destrucción del hábitat.  El comercio ilícito de especies es un negocio de miles de millones de dólares y la demanda cada vez es mayor, la cual es asociada con una cuestión de estatus social.  En algunos países del oriente es un hábito regalar piezas de piel de tigre u oso polar o bien colmillos de elefantes.  La gran demanda atrae redes criminales transnacionales que se involucran en el lavado de dinero y el tráfico de armas y narcóticos.  Los altos precios de la fauna y flora silvestre, generan corrupción afectando el desarrollo económico y humano de las sociedades. 

Nuevo lente

La armonía con la naturaleza implica equilibrio entre los deseos y las necesidades reales, el altruismo y el desarrollo.   Un ser humano con armonía interior es libre y no violento, y al reconectarse con sus cualidades innatas, prioriza la paz y la mirada al mundo con respeto y amor, despertando hábitos de gratitud hacia los demás seres vivos que comparten la tierra. 

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Es el momento de darle al planeta, equilibrio y protección; dejando atrás los malos hábitos de la avaricia y el egoísmo; viviendo de una forma más simple y altruista; sin causar sufrimiento a ninguna forma de vida en el planeta.  Para equilibrar de nuevo la dinámica de vida de las poblaciones de flora y fauna silvestre en el planeta, se debe comprender  que todo tiene una función específica y un rol único.

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Es necesario despertar la  sabiduría para discernir entre un deseo y una verdadera necesidad.   

Acción consciente

  • No comprar ropa, zapatos, bolsos, adornos, etc., elaborados con las partes de los animales silvestres.

  • Al visitar cualquier área natural, transmitir agradecimiento con mis pensamientos, y no tomar ninguna de las plantas y animales.

  • Sembrar árboles cerca de la comunidad en áreas donde determinemos el paso de la fauna silvestre, de esta forma le ayudamos a que tengan refugio y protección.

  • Cuidar las plantas de la comunidad haciendo abonos orgánicos para darles más fuerza a su crecimiento.

  • Mantener limpios los espacios naturales en  nuestros hogares y comunidad para que no se afecte la vida silvestre local.

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