Monocultivos
Los monocultivos son un método convencional y mayormente usado en la industria moderna, el cual afecta de forma negativa el ecosistema, y la biodiversidad tanto en flora, como fauna de las zonas, eso sin contar el gran impacto ambiental que generan.
¿Qué son los monocultivos?
Los monocultivos son una forma extensiva de cultivo que abarca grandes áreas con una sola especie de planta, como es el caso del maíz, la piña y la mayoría de las plantas que se encuentran en los supermercados.
Dicha técnica es muy propicia a enfermedades y plagas, ya que no se genera un ecosistema balanceado; más bien destruye el orden natural de regeneración y protección ancestral y crea paisajes monótonos de plantas, químicos y fertilizantes artificiales.
¿Cómo afectan la biodiversidad?
Al romper con el orden natural, un monocultivo es propenso a insectos u hongos específicos, ya que estos pueden reproducirse en grandes cantidades sin encontrar depredadores o plantas desagradables, es decir se encuentran en su “paraíso” donde se reproducen casi incontrolablemente para consumir todo lo que puedan.
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Ante tal situación la ciencia ha tenido que recurrir al control artificial de plagas, desarrollando fuertes agroquímicos o plantas genéticamente modificadas que combatan dichos organismos perjudiciales para el cultivo. Esta respuesta afecta directamente en el suelo contaminándolo, reduciéndole su vida útil, ya que los plagacidas son absorbidos y drenados hasta el río más cercano, contaminando también zonas externas a los cultivos.
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De esta forma la zona de plantación queda inútil para cualquier otro tipo de siembra, dejando desiertos de una sola planta y generando una espiral viciosa que acabará destruyendo los suelos y la vida en alrededores.
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Otro aspecto importante de los monocultivos es la deforestación y la gran cantidad de área utilizada para poca producción. Como Emanuelli , Jonsén , Monsalve (2008) citan a Altieri:
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“De las 1.500 millones de hectáreas agrícolas, el 91% se dedica a monocultivos extensivos de maíz, soya, arroz, trigo, etc. Con la expansión de la agricultura industrial la diversidad de cultivos por unidad de suelo arable ha decrecido y el uso de las tierras agrícolas se ha intensificado con una tendencia hacia la concentración en manos de pocos agricultores y en particular de corporaciones.”
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Es decir cada vez existe más terreno con menos tipos de cultivos, desbalanceando y poniendo en riesgo incluso la seguridad alimenticia, perdiendo también especies autóctonas. Un ejemplo de eso es el maíz, según un reporte de la FAO, el cultivo limita al amarillo duro con más de 20 millones de hectáreas vs el 0,6 millones del morocho.
Nuevo lente
En un principio las tierras estaban llenas de vida, la naturaleza y la convivencia con el ser humano era pura y balanceada, de respeto y armonía, es necesario volver a ver y recuperar de nuevo esa pureza natural y balance del ser.
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La nueva conciencia yace en volver a ser responsables del planeta y sus recursos, aprender a crear una relación de simbiosis donde el ser humano no solo tome indiscriminadamente, sino que da, protege y comparte. Es decir se responsabiliza de mantener el equilibrio del planeta y su armonía natural.
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Es volver a la sabiduría de ser partes integrantes del ecosistema, reconociendo que las acciones generan un impacto que siempre rebota y se devuelve como un eco, y así generar un impacto positivo con nuevos hábitos y costumbres. Hábitos sencillos como elegir alimentos orgánicos, crear huertas urbanas, entre otros.
Acción consciente
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De acuerdo a esta nueva conciencia uno puede comprar los alimentos que han sido producidos de maneras más respetuosas con el medio ambiente, tales como productos orgánicos.
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Crear pequeñas huertas urbanas, las cuales se pueden tener en espacios reducidos o en terrenos propicios para ello, de manera que uno pueda sembrar alimentos de consumo personal.
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Yoguic farming, promover un estilo de cultivos orgánico donde se utilice también la meditación como una herramienta para ayudar a crecer mejor los alimentos.