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Energías sucias

A lo largo de la historia la humanidad ha recurrido a variedad de energías para la subsistencia de la civilización, sin embargo desde la revolución industrial se dio un aumento en el uso desmedido de estas, trayendo consigo una exponencial curva en la contaminación y destrucción del hábitat natural.

¿Qué son las energías sucias?

Las energías sucias consisten en todas las que no son energías renovables, sostenibles o causan un gran impacto negativo en el entorno natural. Entre las cuales podemos mencionar algunas como:

  • Hidroeléctrica: es aquella que se produce gracias al flujo de agua que hace mover unas turbinas para convertir ese movimiento en energía eléctrica.
    Si bien esta no genera tantos residuos contaminantes, su construcción implica un gran trastorno para la cuenca hidrográfica, sus variantes de flujo de agua dificultan la vida en el río. También irrumpen con la migración de peces.

 

  • Energías fósiles (Carbón y petróleo): son aquellas obtenidas de materiales que han pasado por años de transformación hasta convertirse en elementos con gran concentración de energía.
    Cuando se queman para producir energía se genera un exceso de CO2 que contamina la atmósfera, además sus métodos para recolección destrozan grandes cantidades de terreno natural. Por ejemplo la minería de carbón que incluso en muchos países se utilizan medios ilegales para su extracción.
    En el caso del petróleo su extracción destroza la corteza marítima y sus consecuencias para la vida marina cuando se producen derrames son prácticamente irreparables.

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  • Gas por fracking: es la forma para obtener gas natural por medio de la fracturación de un pozo de gas.
    Dichas fracturas provocan que el gas escape de manera incontrolada, por lo que contamina el agua de los alrededores con gas metano, volviéndola tóxica, además de la gran cantidad de agentes químicos y toneladas de agua involucradas en cada fractura, resulta casi incalculable el alcance de los daños. El agua contaminada daña el ecosistema y los pueblos aledaños, mientras que las fugas de gas provocan que este se dirija a la atmósfera, siendo uno de los gases que mayor contribuyen al efecto invernadero.

 

  • Nuclear: es el aprovechamiento de la reacciones atómicas, las cuales generalmente dejan residuos radiactivos que aún no se sabe cómo tratar. También implica un alto riesgo para las ciudades donde se encuentran, pues una reacción descontrolada sería una catástrofe.

Nuevo lente

Muchas personas buscan que sean las grandes corporaciones quienes decidan estos cambios. Sin embargo el desarrollo de una nueva consciencia en cada persona puede amortiguar el impacto generado por este tipo de energías.

 

Ahora, con el conocimiento del impacto que genera el consumo de energía se puede hacer un uso responsable de todo aquello que implique el uso de energía, priorizando el ahorro poniéndose como meta el cero desperdicio, iniciando con el cuido de la energía interior de nuestros pensamientos, pensando únicamente lo útil y positivo, y así trasladarlo a nuestras acciones cotidianas.

Acción consciente

  • Hacer “paradas” de dos minutos, donde llevamos a la mente a un estado de calma, y ahorramos la energía de nuestros pensamientos.

  • Apagar los equipos eléctricos mientras no se están utilizando, tal es el caso de la cocina, los interruptores de luz, los que no se utilizan, entre otros.

  • Cuidar del “consumo fantasma”, refiere a todos los equipos que siguen consumiendo una vez apagados, generalmente son aquellos que tienen lucecitas, como muchos monitores, equipos de sonido, computadores, monitores, televisores entre otros; para esto se puede instalar una regleta y apagarla o desconectarlos al no utilizarlos.

  • Elegir vehículos con menor consumo de energía, compartir automóviles, uso de la bicicleta, transporte público, entre otros.

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